miércoles, 2 de noviembre de 2011

Contrastes.





Siempre es emocionante descubrir un nuevo circuito, por eso, unos días antes del GP de la India ya estaba entusiasmada con la idea. Me moría de ganas de que llegara el viernes para ver a los coches rodando en el nuevo trazado. La primera impresión que me dio fue que se trataba de un circuito bastante interesante para ser otra obra de Tilke. Algunas curvas me parecieron muy bonitas, y las continuas subidas y bajadas le dan un aspecto diferente. La gran anchura de la pista en muchos puntos es una idea interesante para que haya muchos adelantamientos, aunque la tremenda suciedad contrarrestó este efecto. La trazada en sí ya era una pista de patinaje, lo que no invitaba mucho a la idea de salirse de ella y pisar la parte todavía más sucia. No digo que lo vaya a meter entre mis circuitos favoritos, pero tampoco me pareció una basura. Los entrenamientos del viernes pudieron desarrollarse sin grandes percances (salvo algún que otro problemilla con la mencionada suciedad y con un par de perritos traviesos) y de esta forma quedó "bautizado" el circuito indio. ¿Un sueño hecho realidad? Tal vez, para la minoría que pudo permitirse comprar las entradas. Para la mayoría de la población india, un gasto innecesario de dinero que bien podría haberse dedicado a dar de comer a los que se mueren de hambre, e, incluso, para algunos pobres agricultores, la expropiación de sus tierras a cambio de cuatro duros.

La pole fue una vez más para Vettel, y lo más destacado del sábado fue un accidente de Felipe Massa, que ¡rompió la suspensión de su Ferrari al pasar por un piano! Algo que no debería repetirse aunque, por desgracia, se repitió. La carrera del domingo empezó bien para Vettel, que mantuvo el liderato tras las primeras curvas, y para Button, que se colocó segundo. Tercero rodaba Webber y cuarto Alonso. Poco cambiarían estas posiciones a lo largo de la prueba, de hecho, Sebastian no dejó ni una vuelta el liderato, marcándose así su primer Grand Chelem. Alonso le robó el podio a Webber tras una mala estrategia de Red Bull, que metió en boxes al australiano a poner los neumáticos más duros (que, por cierto, se suponía que ya no se iban a usar más, yo pensaba que Pirelli los habría quemado todos en una gran hoguera, pero no) antes de que lo hubiera hecho el asturiano. Así, con otra buena carrera, los tres mejores pilotos de 2011 formaron el podio.

Lo más interesante estuvo un poco más atrás, con un nuevo capítulo de la pelea entre Hamilton y Massa. En esta ocasión, la culpa fue del brasileño, que tuvo que cumplir un drive trough aunque, de todas formas, abandonaría poco después por un problema similar al del sábado. La pregunta es muy Mou, ¿por qué? ¿Porqué siempre acaban chocando? Discutiéndolo con mi padre, él me decía: porque andan por la misma parte de la tabla, por las mismas posiciones. Eso es verdad, pero también Button y Alonso suelen andar por las mismas posiciones y no se chocan cada dos por tres. Tiene que haber más motivos, seguro que el carácter combativo de estos dos pilotos y el mal momento que atraviesan ambos también influyen.

Tras Webber, terminaron los Mercedes de Schumi y Rosberg (a Nico se la jugaron en la parada en boxes, pero seguro que está de lo más feliz de todas formas, tiene sus motivos) y después Hamilton (a pesar de todo). Octavo fue un gran Jaime, dando un golpe sobre la mesa en la pelea con su compañero. A Buemi no le hizo mucha gracia tener que abandonar y ver que Jaime se le escapa en la clasificación... Los últimos puntos se los llevaron Sutil y Pérez, que protagonizó una gran remontada. Los Hispania terminaron 17 º Karthikeyan (gran actuación ante su público) y 18º Ricciardo. Destacable el 14º puesto de Heikki con el Lotus.

La carrera tuvo bastantes abandonos (y un interesante choque múltiple en la primera curva) y se vieron algunos adelantamientos (a pesar de la suciedad). Sin ser la mejor del año, fue agradable de ver, aunque a lo que hay más allá del circuito vale más no mirar.

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