jueves, 28 de julio de 2011

Mi fin de semana en Nürburgring.



Increíble. Espectacular. Mágico. Así fue mi fin de semana en el Gran Premio de Alemania, en el mítico Nürburgring. La carrera estuvo a la altura del genial escenario en el que se disputaba y fue una de las mejores de los últimos tiempos. Pero empecemos por el principio.

A diferencia de lo que hicimos el año pasado cuando fuimos a Silverstone, este año decidimos tomárnoslo con calma y volar el jueves para poder aprovechar al máximo el fin de semana. Ese mismo día ya nos acercamos al circuito, aunque era tarde y se había terminado todo, para dar una primera vuelta por sus alrededores y conocer el camino desde el hotel hasta el mismo. Había ya muchísimo ambiente de carreras, el lugar tenía un aspecto estupendo y no podía esperar para empezar a ver rodar a los coches. Y hacía una temperatura bastante agradable, aunque en ese momento yo no tenía ni idea de que sería la primera y última vez que pasaría calor en todo el fin de semana.

El viernes madrugamos y a las 7 de la mañana salimos hacia el circuito. En cuanto llegamos, lo primero que hicimos fue ir a la zona comercial para hacernos con una tarjeta del Nürburgring (imprescindible para poder comprar cualquier cosa en el circuito) y tomar un café para desayunar y quitarnos totalmente el sueño. Luego dimos una vuelta por ese lugar para pasar el rato hasta que empezaran las carreras. Es un sitio muy agradable, un edificio enorme donde puedes encontrar un montón de tiendas de los distintos equipos en las que comprar todo tipo de productos oficiales. Además, haía un par de zonas, una del Santander y otra de Pirelli, en las que regalaban cosas (pósters, pulseras…) y que organizaban actividades como un simulador de F1 o la oportunidad de participar en un cambio de ruedas. También había un monoplaza de Mercedes, eso sí, se podía mirar pero no tocar, y estaba bien custodiado por un guardaespaldas con cara de pocos amigos.

Además de la F1, se celebraban otras competiciones de lo más interesantes: la GP2, la GP3 y la Porsche Mobil 1 Supercup. Cuando se acercaba la hora de la primera sesión del día, que eran los primeros libres de la GP3, dejamos el agradable edificio de la zona comercial y salimos en busca de nuestra grada, la 12A. Pensábamos que encontrarla iba a ser fácil, pero se convirtió en una auténtica odisea. Estábamos bastante perdidos, así que nos acercamos a una entrada que resultó ser la del paddock, y les preguntamos a los vigilantes la manera de llegar a nuestra grada. Como nuestro nivel de alemán es nulo, nos entendimos regular y, aunque estábamos bastante cerca de nuestra grada (a menos de media hora andando tranquilamente), acabamos dando la vuelta entera al circuito por el otro lado, o sea, un paseo bastante considerable. Tanto que, cuando llegamos, ya se habían acabado los libres de la GP3. Como no somos gente malpensada, preferimos creer que nos entendimos mal con los vigilante y no que nos mandaran adrede por ese camino para burlarse de nosotros (o porque les pareció que necesitábamos bajar unos kilitos de peso). Nos perdimos la GP3, pero por suerte llegamos a tiempo para ver los primeros libres de F1. Fue increíble volver a ver los monoplazas, a escuchar sus motores rugiendo al pasar a toda velocidad por la recta, ver su espectacular frenada y su forma de pasar la chicane. Algunos de ellos tenían que hacerla por la escapatoria, porque la frenada es brutal, durísima. Fue uno de los momentos más increíbles, volver a ver los coches rodando en vivo después de tanto tiempo. No existe nada más en el mundo, solamente con mirarlos tu corazón late más deprisa. Van a toda velocidad por la recta, parece imposible que puedan frenar a tiempo y hacer bien la chicane, pero lo hacen. Y el siguiente lo hace también, y el siguiente. Y, según pasas, los vas reconociendo. Ahí va Alonso, Hamilton, Di Resta, Ricciardo. El que sea. Poco te importa en ese momento su nacionalidad, o si te cae mejor o peor. Ves su forma de controlar esas máquinas infernales y sientes una oleada de admiración hacia todos ellos. Nuestra grada no es de las más caras, pero está ubicada en un buen lugar, ves toda la recta y la chicane, ves adelantamientos, y fijándote bien ves a lo lejos qué coches entran en el box y cuáles siguen hacia la línea de meta. Hay una pantalla bastante cerca y, con unos prismáticos, se puede leer bien cómo van las posiciones. Entre observar los monoplazas y mirar de vez en cuando la pantalla se nos pasó volando la sesión. Empecé a sacar algunas fotos, pero al minuto de encenderla la cámara se quedó sin batería, aunque yo creía estar segura de haberla cargado. Entre eso y la caminata que nos habíamos pegado a lo tonto podría ser suficiente para cabrearme un poco, pero ni se me pasó por la cabeza. En ese momento me sentía de lo más feliz, y sentía que nada podía molestarme. Solamente pensaba en disfrutar del momento.

Después de los libres de F1, vimos los de la GP2, en la que también corre un piloto español, Dani Clos. Y, para ver los libres 2 de F1, salimos de nuestra grada para ver si nos dejaban entrar en otra distinta por ser viernes, como en Silverstone. Nos dejaron, y cogimos un sitio en la grada 14, junto a la última curva. La grada estaba totalmente llena de gente y con razón, porque es una de las mejores del circuito. Los coches se ven muy bien, tremendamente cerca, es un lugar estupendo para sacar fotos, pero como no tenía batería en la cámara me quedé con las ganas y me limité a observarlos y a escucharlos. Al verlos desde una perspectiva tan diferente, era como si fuera de nuevo la primera vez que los veía, y una vez más se me aceleró el corazón. Webber lideró esta sesión (la primera la había liderado Fernando), pero el resultado fue lo de menos. Me fijé poco en las clasificaciones, me dediqué exclusivamente a contemplar los monoplazas y disfrutar de ellos. Ya habría tiempo para la competición los dos próximos días. Cuando terminó la sesión, vimos la calificación de la GP2, los segundos libres de GP3 y los libres de la Porsche. No había mucho descanso entre unas sesiones y otras, por lo que nuestra comida se limitaba a comprar algo en los puestos que había repartidos por el circuito y comerlo en la grada. En bebidas tenían algo de variedad, pero la elección de comida se limitaba a una salchicha con pan o una salchicha cortada en trocitos con patatas fritas. No me quejo, no voy al circuito a comer de lujo sino a ver carreras. Aprovechando que nos dejaban entrar en las distintas gradas, mientras se disputaban todas estas competiciones probamos la tribuna de la recta de meta, la de la primera curva y la tribuna Mercedes, una construcción muy espectacular con el logo de la marca coronándola. La de la primera curva, junto con la 14, se quedan como mis favoritas. Difícil elegir entre ellas. En la 14 se ven los coches algo más cerca, pero desde la de la primera curva se ve una cantidad enorme de circuito.

Cuando se terminaron todas las competiciones del programa, decidimos que era hora de volver al hotel para descansar. A lo largo del día, el frío había pasado de moderado a insoportable rápidamente, llegando a cortarme la circulación en las manos. No me esperaba semejantes temperaturas en verano, y mi ropa no era muy propia para la ocasión. Pero, como en ese momento no me importaba nada (me sentía feliz como una perdiz), aguanté el frío esperando que las temperaturas subieran un poco los siguientes días.

El sábado volvimos a madrugar para estar pronto en el circuito y no pillar un atasco para entrar. Como el resto de días, aparcamos nuestro coche de alquiler en uno de los muchos parkings gratuitos del circuito. Fuimos tan temprano que no había ni un alma en la carretera, eso sí, nos adelantó un Ferrari rojo precioso que luego aparcó cerca de nosotros (eso sí, en uno de los parkings de pago), circunstancia que aproveché para hacerle unas fotos cuando no estaba el dueño por los alrededores. Volvimos a tomar un café en la zona comercial, y dimos una vuelta por las tiendas que iban abriendo. Esas tiendas son un peligro para cualquier friki de la F1, acabé comprando un montón de cosas, entre ellas un llavero del casco de Hamilton y una camiseta de Ferrari.

La primera competición del sábado fue la calificación de la GP3, seguida de los libres 3 de F1. Pensábamos que nos dejaran entrar en la grada 14, porque en Silverstone el único día que tenías que ir a tu grada era el domingo, pero no nos dejaron y tuvimos que volver a la nuestra. Esta vez sí tenía la cámara con batería, y pude hacer algunas fotos bastante buenas de los coches en la chicane, y también un par de ellas en la recta, aunque esas son más complicadas de hacer. Las que más me gustan son en las que salen varios coches en la misma foto, pasando cada uno por un punto de la chicane. En algunas salen incluso tres coches bastante juntitos. Esta sesión la lideró Vettel y, cuando terminó, vimos la calificación de la Porsche. Luego, llegó uno de los momentos más emocionantes, la calificación de la F1. Estaba demasiado atenta a la competición, así que hice solamente un par de fotos más y me concentré en deleitarme con los pilotos yendo al límite, en busca de un buen sitio en la parrilla del domingo. La pole de Webber, viendo lo fuerte que está últimamente los sábados, no fue una sorpresa. Sí lo fue la segunda posición de Hamilton, que llevaba todo el fin de semana sin destacar demasiado. Vettel “solamente” pudo ser tercero, y Alonso fue cuarto. Nos esperábamos algo un poquito mejor, pero no nos importó demasiado porque el fuerte de Fernando es la carrera. Sacamos las banderas de España y de Asturias para apoyar a los nuestros, llamando la atención de los fríos alemanes, que se mantuvieron en un estado bastante vegetal, muy respetuosos con todos, pero sin apenas aplaudir o animar. Por supuesto, respetamos su forma de ser, pero nosotros somos españoles y teníamos frío, así que aplaudimos y animamos con energía.

Pero el sábado no se acabó con el “qualifying”, porque todavía faltaba algo muy importante, las primeras carreras del fin de semana. Fueron la primera carrera de la GP2 y la primera carrera de la GP3. Después de la GP2, como a quedaba muy poca gente en el circuito (relativamente, en comparación con la multitud que había antes), nos dejaron entrar en la grada principal y ver la GP3 desde allí. La lluvia cayó con fuerza, y la carrera fue espectacular. Vimos la salida y el primer paso por la primera curva, y luego, en todas las vueltas, los jóvenes pilotos luchaban y se adelantaban a pesar de las terribles condiciones climatológicas. Cuando se terminó, corrimos hasta la esquina de la grada para ver directamente el podium, y le saqué un par de fotos a la ceremonia. Fue un momento muy bonito. Cuando se acabó, volvimos a visitar la peligrosa zona comercial y nos fuimos al hotel para descansar antes del gran día.

El domingo, para mantener la costumbre, volvimos a madrugar y a llegar temprano al circuito. Tomamos otro café en la zona comercial y aprovechamos para hacer las últimas compras, que se alargaron un poco más de lo esperado, tanto que nos perdimos casi entera la segunda carrera de la GP3, que era el primer evento de la mañana. Tengo que decir en nuestra defensa que el edifico donde están las tiendas no es el único sitio donde hay cosas para comprar. Para llegar a nuestra grada (por el camino más corto) hay que pasar por el pueblo de Nürburg, que está lleno de pequeños puestos donde venden todo tipo de cosas relacionadas con la F1. Y tengo que decir también que no compramos únicamente cosas inútiles, sino que decidimos que ya estábamos hartos de pasar frío y nos compramos unos abrigos oficiales de Schumacher, que estaban bastante baratos. Schumi, te debemos la vida. Yo me hice también con unos guantes de los que ya no me despegué.

Cuando por fin llegamos a la grada, prácticamente se había terminado la GP3, y vimos entera la de la GP2. En la del sábado Dani Clos había terminado séptimo, lo que le permitía salir segundo en esta. Pero la alegría le duró poco, porque se quedó fuera de la carrera al principio de la misma. Después, vimos la carrera de la Porsche y, en cuanto terminó, el Drivers’ Parade. Enseñamos la bandera de Asturias para que la viera Fernando, pero seguramente ni se enterara, porque iba muerto de frío y embutido en su chaqueta. Me parece comprensible, incluso con el abrigo de Schumi y los guantes hacía frío. Hasta Petrov iba de lo más abrigado, y eso que es ruso… Después tuvimos un ratito de descanso hasta que empezara la acción. Aprovechamos para comer algo (unas patatas fritas, nada especial) y no tardó en abrirse el pit lane para que los coches empezaran a desplazarse hacia la parrilla. Aproveché para hacerles las últimas fotos, porque durante la carrera habría demasiada emoción para eso. Hubo unos minutos muy tensos, en los que parecía que la carrera no iba a empezar nunca. Además, había muchas dudas sobre si llovería o no, porque caían unas gotas pero parecía que las nubes no acababan de decidirse. Fue muy tenso pero muy bonito. Mientras no empezaba la carrera, eché un vistazo a los que teníamos sentados alrededor. La mayoría eran alemanes, pero teníamos al lado a una pareja de ingleses muy simpáticos que animaban a muerte a Button y bastante a Hamilton (aunque no tanto como a Button). Y, por fin, llegaron las dos de la tarde. Los coches dieron la vuelta de formación. Se colocaron en la parrilla. Se encendió el semáforo. Se apagó. Y empezó la carrera. Las vueltas se sucedieron rápidamente, los veía pasar por delante de mí y poco después ya estaban pasando otra vez. Como era de esperar, Webber salió mal y Hamilton lo adelantó. Alonso pasó a Vettel, luego cometió un error y perdió la posición, pero más tarde la volvió a recuperar. La carrera fue preciosa. Como estábamos en una zona de adelantamientos, veíamos un montón de ellos delante de nuestras narices. Pero la pista no es tan ancha, y daba la sensación de que alguno de esos adelantamientos acabaría saliendo mal. Y así fue. Delante de nuestra grada, Heidfeld se salió al intentar adelantar a Buemi y tuvo un espectacular accidente. Fue un momentazo. Rescaté la cámara para sacar un par de fotos de la grúa llevándose el maltrecho Renault del alemán. Otro momento destacable fue el abandono de Button, que entristeció a nuestros amigos ingleses, aunque acabarían consolándose con la victoria de Lewis. Durante la carrera hubo dos duelos preciosos, uno por la victoria entre Lewis, Fernando y Mark y otro por el cuarto puesto entre Massa y Vettel. Los tres primeros se mantuvieron en distancias muy cortas, luchando en la pista y en los boxes. Massa y Vettel estaban sencillamente pagados, el coche del alemán era una prolongación del del brasileño. Fue precioso verlos pasar vuelta a vuelta por la recta y la chicane, ver a Vettel intentándolo una y otra vez y a Felipe cerrándole todas las puertas magistralmente. Me fijé bien en ellos, y que yo recuerde Felipe solamente hizo un poco mal la chicane una vez. Fue una roca. Seguramente nunca será un Alonso, pero es un tío duro. Después de ver lo que vi, estoy más convencida de que se le critica injustamente. Y, para injusticia, lo que pasó en la última vuelta, cuando ambos pararon a poner los neumáticos duros y los mecánicos de Ferrari volvieron a cagarla. Recuerdo que solté un taco desagradable de oír, y eso que no soy más de Massa que de Vettel, pero es que después de ver cómo lo había aguantado toda la carrera que acabara detrás me pareció una injusticia muy grande. Mucho. Al final, una victoria magistral de Hamilton. Cuando pasó por delante de mí me puse de pie y le aplaudí casi más que los ingleses. Ese hombre es puro espectáculo, saber hacer disfrutar a un público. Espero volverle a aplaudir muchas veces más. Se había acabado, pero todavía quedaba una imagen curiosa por ver. Mientras aplaudía a Lewis, vi a lo lejos que los coches de Fernando y de Mark estaban parados en medio de la recta, cerca de nuestra grada. Y poco después pasaron por delante de mí, Fernando abrazado al coche de Mark. Ni me acordé de sacar la cámara, me quedé flipando con la escena. Cuando me recuperé del trauma, perdí definitivamente la compostura y me puse a aplaudir y vitorear como si no hubiera un mañana. También aplaudí a Vettel y al pobre Felipe, y a un increíble Sutil, que consiguió cómodamente la sexta posición. Me dejé las manos aplaudiendo a Adrian mientras los alemanes me miraban raro. Total, ya había perdido la compostura, no era plan de recuperarla. Séptimo fue Rosberg y octavo Schumacher. Quizás los Mercedes se esperaban algo más en su Gran Premio de casa, pero al menos puntuaron los dos. Y, lo que es más importante, la chaqueta de Michael me salvó de morir de una hipotermia. Los últimos puntos se los llevaron Kobayashi y Petrov. Jaime fue 12º, no pudo puntuar esta vez. En cuanto a los HRT (que ya no se llaman Hispania, parece ser), Liuzzi abandonó y Ricciardo acabó 19º, por delante de Chandhok, que sustituía a Trulli en el Team Lotus en esta carrera.

Después de ver el podium y la rueda de prensa a través de la pantalla, y de esperar un poco a que se fuera la gente, salimos de la grada, pues ya no teníamos nada que hacer allí. Dimos la última vuelta por la zona comercial mientras caía, retrasado, el aguacero que se preveía para la carrera. Como queríamos esperar a que hubiera algo menos de tráfico para marcharnos (nuestro avión salía el lunes, así que no teníamos prisa) propuse acercarnos a la salida del paddock por si veíamos a algún piloto. Vimos a Kobayashi en coche y a Chandhok, que salía a pie. Aproveché para perdirle que se hiciera una foto conmigo. Se la hizo, muy simpático, y me comentó que tenía prisa porque llegaba tarde a su vuelo. Y, hablando de vuelos, en los nuestros nos encontramos con un par de periodistas de F1. Siempre me ha hecho gracia ver a gente que sale en la tele cogiendo aviones normalitos como un ciudadano cualquiera.

En resumen, fue un fin de semana de carreras apasionante e irrepetible. La carrera en sí fue preciosa, hubo incidentes, adelantamientos, duelos en las primeras posiciones... y lo vi todo muy de cerca.

PD: En breves, fotos.

1 comentario:

  1. Fotos!!!
    Que envidia, no sabes cuanta. Lo mas cerca que he estado de ver carreras fue con el Stadium Race cuando se hizo aqui y ya fue una pasada...Yo en un GP me moriria :-)
    Recuerdo que una amiga me llamo desde el Circuit de Valencia y solo con oir los coches me entró la risa histérica XD
    Y que añadir a lo que has comentado de la lucha de Felipe con Vettel? nada, totalmente de acuerdo

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