domingo, 5 de septiembre de 2010

Descansa en paz, Shoya.




Hay tanto pero tan poco que decir sobre lo que ha pasado hoy... supongo que ya todos lo sabréis más que de sobra, Shoya Tomizawa ha fallecido esta mañana en la carrera de Moto 2 en Misano. Tenía 19 años. A veces, los aficionados del mundo del motor, como muchas otras personas en este mundo, nos preocupamos demasiado de cosas que no tienen importancia. Lloramos o nos enfadamos porque nuestro piloto favorito ha quedado segundo, o ha sido injustamente sancionado, o cualquier otra cosa. Y no nos damos cuenta de que la posibilidad de la desgracia está ahí, no tan cerca como hace unos años, pero sigue ahí. Esperando cruelmente a que nos despistemos para volver a atacar.




He visto la carrera de Moto 2 en la que Shoya se ha matado, y he visto la carrera de Moto GP en la que se ha anunciado la fatal noticia. Soy mucho más aficionada de los coches que de las motos, y no siempre veo las carreras de motociclismo. Ojalá no hubiera visto esta. Ha sido horrible porque, además, le tenía un cariño especial a Tomi. Y es fácil pensar que sólo me acuerdo de él por lo que ha pasado, que hasta hoy no me sabía ni su nombre, pero nada más lejos de la realidad. Si hubiera sido casi cualquier otro piloto de esa categoría, seguramente estaría también muy apenada, pero no conocería al piloto o simplemente me sonaría. Pero ha tenido que ser uno de mis favoritos, y ha tenido que ser un crío de 19 años. Quizás me empecé a fiajr en él por su nacionalidad, siento cariño por todo lo japonés, pero la verdad es que no recuerdo exactamente porqué fue. Sólo se que le tenía cariño, y que se ha ido. Y que no está bien encariñarse con los pilotos, por lo que se ve.




Ahora sé que, cuando la semana que viene mis niños de la F1 salgan a la pista en Monza, el resultado me importará menos que nunca. Y que tendré miedo por ellos. Pero se me acabará pasando, porque, como dijeron los comentaristas de Televisón Española: la vida sigue.




Rest in peace, Shoya-kun :(

1 comentario:

  1. Hace una semana, en otro accidente de moto, falleció Peter Lenz, con sólo 13 años.
    Es cierto que la vida sigue y que el espectáculo no puede parar, porque hay intereses económicos muy por encima de la vida de los pilotos: me ha sorprendido que ante la brutalidad del golpe de Tomizawa no sacaran bandera roja para que el coche medicalizado pudiera acceder por la pista, en lugar del calvario de los camilleros cargando por la escapatoria... pero supongo que los derechos de televisión no pueden parar.
    Shoya y Peter son unos valientes: esta vez mi aplauso es en silencio, tan sólo roto por el sonido ligero de las lágrimas corriendo por mis mejillas.

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