miércoles, 31 de agosto de 2011

Remontando por Eau Rouge.



Después de un parón veraniego que a todos los fans se nos hizo eterno (reconozco que a mí no tanto como de costumbre, porque estuve ocupada con otros asuntos) la F1 regresaba el pasado fin de semana en uno de los mejores circuitos del calendario: el de Spa, en Bélgica. El mítico trazado no decepcionó y nos ofreció una apasionante carrera.

El sábado fue tremendamente atípico. No porque Vettel consiguiera una nueva pole, pero sí por algunas otras cuestiones interesantes. Jaime Alguersuari, que desde que les cogió el punto al coche y sobre todo a los neumáticos le está dando un repaso a su compañero, clasificó sexto. Una posición por detrás quedó Bruno Senna con el Lotus Renault recién "heredado" de Heidfeld. También clasificó muy bien Sergio Pérez, noveno. Esas fueron las sorpresas positivas. Las negativas las protagonizaron Schumacher, Button y Alonso. El alemán, que cumplía 20 años en la Fórmula 1, tendría que salir último tras perder una rueda nada más salir a la pista. El inglés se quedó fuera en la Q2 por culpa de un error de cálculo de su equipo, que le mandó entrar en boxes antes de tiempo, cuando la pista se estaba secando y todos estaban mejorando sus registros. En cuanto al piloto asturiano, con problemas de tráfico (según dijo, le estorbó Checo) y sin poder calentar bien sus neumáticos, solamente pudo ser octavo. Y si a esto le añadimos que Fernando no es un experto en condiciones cambiantes de mojado y seco y que parece perseguirle algún tipo de maldición en Spa desde que ganara allí en la F3000...

La carrera fue otra historia. Empezó mal para los intereses de los españoles y, sobre todo, de Jaime. Bruno "se emocionó" demasiado en la salida y se llevó por delante al catalán. No tengo palabras para describir la rabia que me dio eso. Nadie sabe cuándo va a tener Jaime otra oportunidad tan buena de quedar entre los 5 o 6 primeros. Tal vez nunca. Espero que pronto. Entiendo que Bruno esté desesperado por demostrar que el asiento merece ser suyo y que no les vale la pena cambiarlo por Grosjean cuando termine la GP2, pero sus esfuerzos van a ser en vano. Mientras tanto, Webber se quedaba clavado (para variar) y Rosberg hacía una salida estupenda y se colocaba en cabeza, aunque le duraría poco la alegría. Vettel no tardaría en pasarle y empezar a abrir hueco mientras los Ferrari y Hamilton trataban de superar al de Mercedes. Felipe no lo conseguía, y Alonso perdió la paciencia y los pasó a los dos, colocándose primero al haber parado ya Vettel y alimentando los esperanzas de una victoria o, al menos, un podium.

Las paradas en boxes fueron tempranas, pues los neumáticos sufrían graves problemas de blistering, asunto que nos mantuvo entretenidos durante toda la mañana. Varios pilotos habían parado ya y se habían producido algunos cambios de posición cuando tuvo lugar el momento más dramático del Gran Premio. Hamilton chocó con Kobayashi y, durante unos momentos, se quedó inmóvil en el monoplaza. Por suerte, el británico salió ileso, pero nos dejó con el susto en el cuerpo un buen rato. Lewis debería controlar su impetuosidad si no quiere que algún día tengamos una desgracia de verdad. Queda dicho.

El accidente provocó la salida de un Safey Car que la mayoría de pilotos aprovecharon para parar en boxes. Webber y Alonso, en cambio, decidieron seguir en pista. Cuando se relanzó la carrera, Vettel no tardó en pasarlos y empezar a abrir hueco a toda velocidad. Ya no habría quien le disputara la victoria al Campeón, al que una vez más le salió todo bien: estrategia, fiabilidad y rendimiento del monoplaza y un pilotaje soberbio. Solamente tenía que copiar la estrategia de Alonso a la hora de poner los neumáticos más duros. Además, siendo su coche mucho más rápido sobre todo con ese compuesto, no tuvo ningún problema para mantener a raya al asturiano. A esas alturas de la carrera, Fernando tenía otras preocupaciones. Webber venía por detrás con los blandos rodando muchísimo más rápido que él, y no tardaría en adelantarlo. Lo mismo le pasó poco después con Button, que completó una remontada espectacular, desde la posición 13 al podium. Podium del que Fernando se quedó fuera principalmente debido al triste rendimiento del Ferrari con las gomas duras.

Finalmente, tras incidentes, abandonos, adelantamientos y remontadas, la carrera terminó con victoria para Vettel seguido de su compañero Webber (que hizo una gran carrera si tenemos en cuenta su mala salida) y de Button. Cuarto fue Alonso y quinto fue un espectacular Michael Schumacher que sacó todo lo que tiene dentro en esta fecha tan especial para completar la mayor remontada de su vida: desde el 24º (último) hasta el 5º lugar. Sexto fue Rosberg (un buen resultado para Mercedes), séptimo Sutil (gran carrera), octavo Massa (que sufrió un pinchazo y no hizo la carrera de su vida pero, no lo olvidemos, lleva dos sábados consecutivos batiendo a Alonso), noveno Petrov y décimo Maldonado, que por fin logró puntuar y ayudar un poquito a su necesitado equipo. No hay que olvidar que las dos grandes remontadas de la carrera las protagonizaron los pilotos (Button y Schumi) que salieron con los neumáticos duros al principio de la prueba, de forma que la desventaja que hubieran acumulado con el mismo quedó diluida con la salida del Safety Car.

En resumen, podríamos decir que la carrera de Spa fue, simplemente,otro paso de gigante del pequeño Seb para convertirse en el bicampeón más joven de la Historia.

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