domingo, 1 de agosto de 2010

Red Bull te da alaas...


A las estadísticas hay que hacerles caso. Sí, es verdad que en Hungría es prácticamente imposible adelantar. Pero si las estadísticas dicen que en el Hungaroring la pole no garantiza para nada la victoria, por algo será. Quizás sea por el mismo motivo por el que unos cuantos locos amamos este deporte: porque la F1, señores y señoras, es imprevisible. Y todo está tan, tan perfectamente calculado que cualquier pequeño detalle rompe el equilibrio y cambia todo. En el caso de hoy, fue un trozo de alerón en la pista. Sale el Safety Car, todos a boxes y se lía parda. Hasta ese momento clave de la carrera, las cosas estaban así: Sebastian Vettel conservaba la primera posición que había conseguido el sábado, y Fernando Alonso había adelantado a Webber en la salida y estaba segundo con el australiano respirándole en la nuca. Cuando salió el Safety, la mayoría de los pilotos optaron por la estrategia lógica de aprovechar para hacer su parada. En el pit lane se armó un verdadero desastre. Nico Rosberg perdió una rueda que rodó a su bola por los boxes y apunto estuvo de cargarse a algún mecánico, y a Robert Kubica le inidicaron mal el momento de salir de hacer su parada a la calle de boxes y tuvo un aparatoso choque con Adrian Sutil allí mismo (Mercedes y Renault ya han sido sancionados por sus imprudencias). Parecía que el principal perjudicado de toda esta jugada sería Webber, pues no había entrado en boxes y se mantenía en la pista, ahora en primera posición. Pero parecía evidente que, cuando entrara, saldría muy atrás. Nada más lejos de la realidad. ¿Porqué? Pues por la sencilla razón de que Mark empezó a encadenar un montón de vueltas increíbles, una detrás de otra, con los mismos neumáticos blandos que llevaba desde el principio de la carrera. Es cierto que hoy los Red Bull estaban en otra dimensión, pero no fue sólo el coche. Mark también colaboró para obrar el milagro y transformar una carrera que parecía perdida en su cuarta victoria del año (casi nada...), que le coloca como líder del Mundial de Pilotos. Normal que al australiano en el podium se le cruzaran los cables y aprovechara las alas que le da su Red Bull para hacer un salto/vuelo con cara de loco felizón incluida (véase foto). Si Webber fue la cara de la moneda, su compañero Vettel fue la cruz. Cometió una infracción absurda: cuando se iba a marchar el Safety Car, se quedó a más de la distancia máxima permitida de Mark, que estaba justo delante de él. Todavía no entiendo muy bien porqué lo hizo, ¿trataba de frenar a Fernando para que Mark se marchara? El tema es que la tontería le costó un drive trough, perder la posición con Fernando, quedarse tercero y una tremenda pataleta al más puro estilo niño pequeño. Seb estaba enfadado, y no sólo por haber perdido esta victoria fácil. Estaba enfadado porque, por una cosa u otra, no acaba de transformar sus poles en victorias, y poco a poco se va ganando esa etiqueta de piloto de sábado que supongo que a ningún gran piloto le gustará tener... el sábado no se reparten puntos. Uno que es un pedazo de piloto de domingo es Fernando. Si Mark hizo un carrerón, el suyo tampoco se quedó atrás. Consiguió terminar segundo, saliendo muy bien otra vez y aguantado las embestidas del Red Bull de Vettel, infinitamente más rápido que el Ferrari, durante muchísimas vueltas. Después de lo que tuvo que soportar tras la carrera de Alemania, Fernando ha hablado en la pista y ha demostrado que es un pilotazo, que es el número uno de Ferrari y que siempre cumple su palabra: dijo que en estas dos carreras recortaría un buen puñado de puntos, y lo ha hecho. Ya está plenamente metido en la lucha por el título. Su compañero Massa tampoco lo hizo del todo mal, y de vuelta en el lugar de su accidente consiguió un meritorio cuarto puesto. Detrás de él entraron dos jovencitos que, en esta pista de estilo karting, han sorprendido a todos: Petrov (que ha hecho el fin de semana de su vida, incluso ganó el sábado a Kubica) y Hulkenberg. El séptimo clasificado ha sido, para gran alegría de todos los españoles, nuestro Pedro de la Rosa. Por fin, por fin ha tenido un fin de semana sin problemas, en el que todo ha ido perfecto, y ha sumado unos puntos para su casillero. Grande Pedro. Octavo fue Button. Estuvo desaparecido todo el fin de semana, y Hamilton tuvo que abandonar. Un desastre de Gran Premio para McLaren, que pierde el liderato en el Campeonato de Constructores en favor de Red Bull. Los últimos puntos se los llevaron Kobayashi (gran carrera para Sauber) y Barrichello, que ha protagonizado con Shumacher la anécdota más fea de la carrera. El Kaiser tenía la décima posición, la última con derecho a puntos, y el piloto brasileño se le acercaba por detrás muy rápidamente gracias a que acababa de parar en boxes para poner los neumáticos blandos. Rubinho se pegó a Michael y, tras varios intentos, le dió el hachazo definitivo en la recta de meta. La respuesta de Schumi fue empujar a Rubens contra el muro, sin dejarle ningún tipo de espacio, en una maniobra feísima que pudo haber tenido como consecuencia un accidente grave. Finalmente, el brasileño consiguió el punto y el alemán se llevó una sanción de diez posiciones de penalización en la parrilla de salida de la próxima carrera. El que no tuvo nada de suerte fue Jaime Alguersuari, que tuvo que abandonar nada más empezar la carrera por problemas en su coche. Los Hispania, Senna y Yamamoto, acabaron la carrera, eso sí, a 3 y 4 vueltas del líder respectivamente.


Tras esta carrera, el Campeonato está tremendamente apretado entre 5 pilotos: Webber, Hamilton, Vettel, Button y Alonso. Ahora viene al parón veraniego, que seguro que todos aprovecharán para coger fuerzas y motivación para lo que queda. ¿Váis a perdéroslo? Yo, desde luego, no.

1 comentario:

  1. La verdad es que en Hungria eran imparables aunque ya se vio que por mucho que lo intento Vettel y siendo un segundo mas rapido que el Ferrari de Fernando no lo pudo adelantar...

    Para mi siendo fan de Lewis Hamilton un carrea para olvidarse,esperemos ver su potencial en el siguiente GP de Spa

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