domingo, 25 de septiembre de 2011

La noche es oscura, pero Vettel vuelve a brillar.



Sebastian Vettel se ha quedado hoy en Singapur a un suspiro de proclamarse Campeón del Mundo por segundo año consecutivo. Finalmente, tendrá que ser en Japón, donde la única combinación que retrasaría más el alirón es muy improbable: Button tendría que ganar la carrera y Vettel no puntuar. De cualquier manera, seguramente en Red Bull empezarán a celebrarlo esta noche. La espectacular temporada de Seb bien merece una buena fiesta, ahora ya no se enfrenta a sus rivales, se enfrenta a sí mismo y a los récords históricos que podría batir de aquí al final de la temporada. La carrera de hoy puede considerarse una representación a pequeña escala de lo que han sido todas las anteriores en conjunto. Victoria de Vettel dominando de principio a fin, sin rival, aunque algún tipo de problema en las últimas vueltas permitió que se le acercara Button. Jenson terminó segundo la carrera después de completar un fin de semana perfecto, y esa es la posición que ocupa ahora en el Mundial. Tiene a raya a su compañero, nada menos que Lewis Hamilton, y se perfila como el principal candidato en la lucha por el subcampeonato. Mark Webber podría quitarle ese logro, pero si lo hace será únicamente por la insultante superioridad de su monoplaza. Hoy terminó tercero, pero otra vez salió mal y tuvo que pegarse con Alonso por el podio en una lucha tremendamente desigual. Terminó delante del español por el ritmo infinitamente superior de su Red Bull y porque se vio beneficiado por la salida del Safety Car tras un incidente de Schumacher con Pérez. Gracias al coche de seguridad, Mark le recuperó a Fernando la distancia, y los doblados (concretamente, Jaime) no contribuyeron demasiado a que el de Ferrari pudiera mantener su posición. Pero Mark no se acercó al ritmo de Vettel ni de lejos, al igual que lleva sucediendo toda la temporada. En cuanto a Fernando, hizo todo lo que pudo con un coche que sigue sin tener ritmo (y seguirá así lo que queda de año, por lo que luchar por el subcampeonato es un reto prácticamente imposible para él) y volvió a demostrar su calidad con una gran salida y luchando en carrera con coches mejores que el suyo. Todo estuvo un poco en su contra: los doblados, el Safety Car, la degradación de los neumáticos... Pero, de cualquier manera, el podio era una quimera.

El que tuvo una carrera horrible fue Hamilton. Empezó saliendo mal, luego se volvió a precipitar y chocó con Massa, esto, además, le obligaría a hacer un "drive trough". Al margen de eso, rodó a buen ritmo y protagonizó grandes adelantamientos, terminando en la quinta posición. Pero no creo que esté contento. Así ha sido toda su temporada: Lewis sigue siendo uno de los pilotos más rápidos, tal vez el más rápido de todos, pero no es capaz de superar su mayor defecto, su impulsividad. Al final, solamente hay que mirar cuántos puntos lleva cada uno de los pilotos de McLaren, la perfecta prueba de que la velocidad pura no lo es todo en la F1. Lo peor de todo este lío es que otra vez Massa ha salido mal parado. Una vez más, un problema se le viene encima y se queda atrás, teniendo que remontar para quedar finalmente noveno. Otro buen ejemplo de cómo ha sido la temporada: Felipe ha sido más lento que Fernando en prácticamente todas las pruebas, pero los 100 puntos de diferencia entre ellos no le hacen justicia. La mala suerte le lleva atacando todo el año pero, como dijo Fernando hace unos años, es mejor agotar tu cupo de mala suerte cuando no tienes un buen coche...

Una de las grandes sorpresas de la carrera fue la quinta posición de Paul di Resta. Desde el viernes, los Force India se venían mostrando muy fuertes, y el sábado se confirmó cuando ambos coches pasaron a la Q3. Suerte, gran ritmo del coche, estrategia y gran pilotaje se combinaron en favor del joven británico, además, Sutil terminó octavo. Entre ellos se coló el único Mercedes que terminó la carrera, el de Rosberg. El último punto se lo llevó merecidamente Sergio Pérez, a pesar de su incidente con Schumi.

Uno de los pocos (en contra de lo que se esperaba) abandonos fue el de Jaime Alguersuari. El catalán estaba teniendo una mala carrera, con "drive trough" incluído, y como lo que mal empieza mal acaba, terminó estrellándose contra un muro al final de la prueba. Además de Jaime y Schumi, solamente abandonaron el Virgin de Glock y el Lotus de Trulli.

La carrera en sí no fue la más emocionante de la temporada en cuanto a pelea en las primeras posiciones y, hubo menos incidentes de lo previsto, aunque la cantidad de adelantamientos no estuvo mal para ser un circuito urbano. Sobre todo, lo más espectacular fue la panorámica nocturna de Singapur, y ver a los pilotos y los coches exprimirse hasta el límite durante dos largas y agotadoras horas.

martes, 13 de septiembre de 2011

Incomprensiblemente bueno.





No lo entiendo. Que alguien me lo explique, por favor. Alguien que entienda mucho de carreras o de cómo alcanzar el éxito supremo en cuatro días o de ambas cosas a la vez. Que alguien meta en este nido de ignorancia que es mi cabeza cómo es posible lo de Red Bull. Una marca de bebidas energéticas compra un equipo de F1 de poco nivel, y en menos de lo que se tarda en construir un edificio lo convierte en el mejor equipo de la Historia de este deporte. El coche más completo, más rápido, más invencible de todos. El coche que deja a los antaño todopoderosos Ferrari y McLaren a la altura del betún. Adrian Newey es una parte importantísima de este proyecto, pero de ninguna manera puede ser el único factor. Tiene que haber algo más. Mucho entrenamiento, mucho trabajo, sí, pero todo eso también lo hacen los de Virgin. El presupuesto tampoco parece ser la clave en este caso. Al coche no le falta nada, ni siquiera fiabilidad. Había sido rápido en todos los circuitos del Mundial, sin importar sus características. Ya nadie se atrevía a decir "este circuito no es para los Red Bull". Pero pensábamos que Monza sería diferente. Monza tenía que ser para los McLaren y los Ferrari, como siempre. Porque Monza es diferente, Red Bull basa su superioridad (en teoría) en la aerodinámica, y en Monza se supone que eso no importa. Se supone que Monza es el opuesto de Red Bull. Solamente es un circuito, pero es para los McLaren y, sobre todo, para los Ferrari, no solamente por cuestiones técnicas, también de corazón. Por lo tanto, debo decir que la pole de Sebastian Vettel me dejó helada. No por el hecho de la pole en sí, sino por lo que significa. Significa que Red Bull ha superado todos sus puntos débiles. Es invencible. No me preocupa ya esta temporada, sino la que viene. Los cambios en el reglamento no son demasiados. Nos guste o no, salvo sorpresa, lo de Baby Schumi va a dejar de ser simplemente una graciosa comparación. Vettel va a empezar a encadenar Mundiales como quien mete bolitas en una cuerda para hacer una pulserilla. Ojalá, de verdad, me equivoque al 100 % en esto. Ojalá.

El domingo fue aún más deprimente en este sentido. El dominio de Seb no había sido una cuestión únicamente de una vuelta lanzada, de hecho, la relación de marchas de su monoplaza estaba más pensada para la carrera. De poco sirvió que Fernando, con una salida magistral desde la cuarta plaza, se colocara primero. Un Safety Car tras un choque múltiple nada más empezar la prueba permitió al español rodar primero unos giros, pero Vettel pronto volvió a su lugar natural y se escapó. No se volvió a saber de él. Su ritmo daba miedo, sobre todo porque seguramente estuvo media carrera sin forzar. En la próxima carrera, en Singapur, podría ser matemáticamente Campeón del Mundo. Por favor, que no le dejen jugar más. Es un abusón.

Por detrás sí que hubo pelea, y de las buenas. A pesar del pobre ritmo del Ferrari (una vez más, lentísimo sobre todo con los neumáticos más duros) Fernando completó una carrera magistral y les brindó un podio a los tiffosi. Las claves fueron su increíble salida y que Schumacher retuvo a Hamilton detrás durante muchas vueltas. Button, en cambio, hizo una carrera increíble. Creo que, a pesar de que Vettel ya es inalcanzable, Jenson encuentra una gran motivación en quedar por delante de su compañero. No tuvo ningún problema para adelantar a Lewis, Schumi y Fernando y colocarse segundo. De todas formas, Hamilton estuvo a punto de birlarle a Alonso la tercera plaza, y no lo consiguió más que nada porque se terminaron las vueltas. Una o dos más y el de rojo se habría quedado sin su merecido cajón.

Detrás terminaron Schumi (que parece haber renacido de sus cenizas), Massa (otra vez la mala suerte le atacó, en esta ocasión involucrándolo en un incidente con Webber al principio de la carrera) y un espectacular Jaime Alguersuari. Los abandonos de algunos pilotos punteros (Rosberg y Mark), tener suficientes neumáticos nuevos y saber cuidarlos, aprovecharse del lío en la salida para ganar posiciones y, sobre todo, un pilotaje espectacular, le permitieron conseguir su mejor posición en F1 y ser "el primero de los mortales". Al menos se habrá quedado más a gusto que en Bélgica y se habrá sacado la espinita. El resto de puntos se los llevaron Di Resta, Senna (que también se habrá quitado un peso de encima) y Buemi (gran botín para Toro Rosso en su carrera de casa).

En la carrera hubo adelantamientos, incidentes y sobre todo muchos abandonos, además de los ya citados. En realidad solamente terminaron la carrera 16 coches, con lo que el HRT de Ricciardo logró la posición 16. El de Liuzzi quedó fuera de combate a las primeras de cambio, de hecho, fue el que provocó el lío de la salida y la parte más loca de la prueba. Pero, pase lo que pase, hay algo que no cambia. Todos sabemos lo que es.